Tener calidad de vida en el trabajo es imprescindible para una vida sana y feliz, ya que lo que haces profesionalmente es una gran e importante parte de tu vida.
Con toda seguridad, este punto es todavía más importante durante el período que denominamos económicamente activo, o sea, cuando trabajar no es una opción o lujo, sino una necesidad. A menos que hayas recibido una gran herencia o te hayas casado con alguien rico, precisarás trabajar para formar tu patrimonio, conquistar bienes materiales y sustentar a tu familia.
Y los beneficios de vivir con calidad de vida en el trabajo van más allá de una performance fantástica y realizadora profesionalmente. Se incluye, también, el sentimiento de éxito en la carrera y crecimiento personal, irradiando positivamente otros aspectos de tu día a día.
Infelizmente, lo contrario también es verdadero. Una vida sin calidad en el trabajo hace que tus días sean miserables, tristes, sin energía, salud, performance y llevan a la infelicidad. Si los problemas quedaran confinados apenas en el aspecto profesional, ya sería malo, pero eso también tiene influencia en el resto de tu vida, impactando relacionamientos y familia.
Calidad de vida en el trabajo tiene que ver con la relación entre tú, tu carrera y el ambiente profesional en el que estás inmerso. Si esa relación es positiva, la calidad es buena; si es negativa, la calidad es mala.
Una buena profesión o trabajo se da cuando, además de cuidar tus necesidades básicas, te hace sentir orgulloso de lo que haces. Tienes la sensación de que tu día a día está alineado con tus valores y propósito de vida. Además, te sientes cercado de personas en las que confías y consigues establecer con ellas buenas relaciones profesionales y hasta personales.
Calidad de vida en el trabajo involucra los aspectos humanos del trabajo y está íntimamente ligado a tu motivación y satisfacción profesional.
Mujer sonriente en el trabajo (Foto: Pekic / iStock)
Mejora la satisfacción con el trabajo y tu motivación intrínseca. El trabajo se vuelve más liviano, placentero, divertido. Haces las cosas sin sentir; o mejor, ¡sin sentir que es “trabajo”!
Aumenta el envolvimiento con tu profesión. Tu voluntad de dedicarte más, de empeñarte más y gastar más tiempo con aquello, aumenta. Estarás estimulado y propenso a invertir más en la carrera, buscando nuevos conocimientos y arriesgándote más.
Beneficia a tu familia y a la comunidad. Un estado positivo de ánimo y buen humor vuelven contigo para casa todos los días e impacta de forma muy importante tus relaciones familiares y con las personas fuera del trabajo.
Aumenta tu bienestar. Un sentimiento general de satisfacción, de alegría y voluntad de hacer más invade tu día a día.
Reduce el riesgo de enfermedades crónicas. Una vida de baja calidad en el trabajo trae consigo una serie de factores de riesgos para tu salud. Si no son tratados, esos factores pueden causar enfermedades crónicas, tales como depresión y pánico, reduciendo aún más la calidad de tu vida como un todo.
Mejora tu performance y productividad. Más motivado y satisfecho, rindes más. ¡Mucho más!
Amplía tus posibilidades de carrera. Una mejor performance genera destaque y abre nuevas e interesantes posibilidades dentro y fuera de la organización donde trabajas.
Aumenta el sentimiento de control sobre tu carrera y trabajo. Con autoestima elevada, te apropias más de tu carrera y de las decisiones que tienes de tomar en el día a día de trabajo. Todo es más leve y te sientes más seguro.
Equipo listo para trabajar (Foto: Andresr / iStock)
A continuación te presento algunas sugerencias de forma breve y, al fin de este artículo, te ofrezco algunos enlaces para otros textos relacionados. Ese, a fin de cuentas, es uno de los temas centrales de mi propio trabajo. Ayudar a mejorar tu calidad de vida en el trabajo forma parte de la misión profesional a la que me dedico.
Dejarte guiar por el propósito de vida. Él sirve como una brújula que te mantiene en el rumbo correcto. Basar tu carrera y tus elecciones profesionales en tu propósito te va a proporcionar días mucho mejores.
Enfocar tus elecciones profesionales en tus cualidades, o sea, en lo mejor que tienes para ofrecer. Si así lo haces, no sólo tendrás más éxito en la carrera sino que pasarás la mayor parte del tiempo más feliz, realizado, con buena autoestima y sintiéndote mucho más útil.
Mejorar tu motivación en el trabajo. Aunque eso te parezca imposible a corto plazo, no debes abandonar esa búsqueda. Es posible, sí, mejorar la motivación en el trabajo, independiente de tu organización, jefe o contexto en el que estás inserido. La mejoría puede llevar tiempo para ocurrir y depende de ti querer y empeñarte. Te garantizo que, si lo haces, vas a recoger resultados muy positivos.
Llevar una vida saludable fuera del ambiente de trabajo. Lo que haces fuera del ambiente de trabajo afecta tu vida dentro del mismo. Por lo tanto, debes llevar una vida más saludable, cuidando tu salud y haciendo elecciones correctas en tus relacionamientos, en tu alimentación y practicando una actividad física que te guste.
Reconocer problemas entre trabajo y vida personal y buscar ayuda. Si el volumen de trabajo está excesivo o si la calidad de tu vida en el trabajo está mala – y eso comenzó a interferir negativamente en tu vida familiar -, busca ayuda para restablecer el equilibrio entre ellas. Conversa con tu cónyuge, tu familia, amigos o, dependiendo, un médico o terapeuta. No estás solo y hay gente buena que puede ayudarte a salir de esa situación.
Aumentar tu autonomía en el trabajo. Tener mucho para hacer y no tener control sobre eso es pésimo para tu calidad de vida en el trabajo. Conversa con tu jefe, pídele que participe de las decisiones sobre tu trabajo y busca más autonomía. El resultado te va a proporcionar un alivio grande.
Compañeros de trabajo (Foto: Yuri_Arcurs / iStock)
Construir buenos relacionamientos en el ambiente de trabajo. Sin dudas, poseer malos relacionamientos en el trabajo es una de las mayores fuentes de estrés en el trabajo. Puedes estar seguro de que eso te va a robar mucha energía. Busca remediar las situaciones negativas, evita degradar relacionamientos con las personas y cultiva relacionamientos positivos. Actuando así, vas a cercarte de personas estupendas y el día a día va a volverse mucho más interesante, aunque el trabajo en sí sea pesado.
Invertir en trabajos que proporcionen más flexibilidad de horario. Parece tonto, pero no lo es. Poder tener flexibilidad, no sólo mejora tu performance profesional, como te permite aprovechar oportunidades fuera del trabajo. Eso es fundamental para tu equilibrio como persona.
Tengo una amiga que trabajó muchos años en una empresa que adoptaba reloj de control de asistencia. Todos los días, ella tenía que marcar entrada y salida en el horario correcto y predeterminado. La flexibilidad de horario era cero. Eso era muy estresante para ella, madre de dos hijos. Todavía hoy, años después de haberse dimitido de aquel empleo, ella tiene pesadillas con la situación, recordando que precisaba correr para “marcar o ponto”.
Por más que estés imbuido en mejorar tu calidad de vida en el trabajo, siguiendo los pasos ya mencionados, debes estar muy alerta y consciente con los listados a continuación. Ciertamente, forman parte de tu rutina y van a sabotear tus esfuerzos. Mi sugestión es identificarlos, encararlos de frente y lidiar con cada uno a medida que aparezcan.
Ambiente de trabajo negativo. Aunque estés empeñado en mejorar, un mal ambiente te va a robar mucha energía y perjudicar tus esfuerzos. A veces, cuando la situación es muy tóxica, vas a precisar salir del empleo primero, para sólo después reencontrar el rumbo de tu carrera.
Pésimas relaciones con las personas que te cercan. Muy similar al punto anterior, pero puede volverse todavía más grave, si el problema es entre tú y tu jefe. Ese, además, es el principal factor para que las personas presenten la renuncia: pésimo relacionamiento con el jefe inmediato.
Renunciando (Foto: Zinkevych / iStock)
Trabajo o carrera que no llevan a ningún lugar. Ese es el motivo número dos para pedidos de dimisión: falta total de perspectiva de avance en la carrera en aquella organización o contexto. También es un gran villano para destruir tu voluntad para trabajar, esforzarte y dar lo mejor que tienes.
Falta de seguridad en el trabajo o con tu profesión. Tanto puede ser seguridad física como emocional o financiera. Si estás con miedo constante en el trabajo, va a ser difícil vivir una vida con calidad; ¿no te parece?
Propósito de vida y valores personales desalineados con tu trabajo u organización. Aquí no estoy hablando de desalineamiento leve, pero sí cuando son incompatibles. Un ejemplo es ser honesto y trabajar en un ambiente donde sólo prosperarás si mientes todo el tiempo. Otro ejemplo es que seas contra matar animales y trabajar en un frigorífico. En esos casos, la solución es buscar otro empleo u otra profesión.
Victimización. Un poco está bien, porque eres humano, y quejarse con los amigos puede ser la primera señal de problemas. No obstante, mantener esa actitud y comportamiento a lo largo del tiempo va a inviabilizar cualquier oportunidad de mejorar tu calidad de vida.
Falta de reconocimiento profesional. Ese punto es mortal. Dedicarse bastante y no recibir los laureles por tu trabajo, es frustrante. Si ese es el caso, lucha por tu reconocimiento, conversa con tu jefe, organización, entiende los porqués y, sobre todo, valorízate. No dejes que eso menoscabe tu autoestima. Si no tienes cómo resolverlo, elabora una transformación – ya sea del área, organización o carrera – y ve a encontrar a quien te valoriza por lo que eres y por lo que haces.
Sinceramente, no creo que valga la pena llevar una existencia sin calidad de vida, ya sea en casa o en el trabajo. La misión de mi actividad profesional es justamente ésa: ayudarte a entender, a aceptar y a vivir con eso en mente. Mereces ejercer una actividad profesional que te traiga satisfacción, realización, motivación y felicidad.
Veo a mucha gente buena olvidándose de este aspecto en sus decisiones de carrera y recogiendo las consecuencias negativas después. Para empeorar, sé que poca gente va a conversar y orientarte a lo largo de tu vida profesional teniéndolo en mente. Quién sabe si mis provocaciones, artículos, vídeos y conferencias te ayudan a buscar y a llevar una vida así. Si eso ocurre, serán por lo menos dos personas más felices: tú y yo.
Crédito primer foto del artículo – Gente feliz (Foto: bowie15 / iStock)
04, junio 2018
Saiba mais
