Trabajo en equipo forma parte de la rutina profesional de gran parte de las personas y, por experiencia propia, puedo decir que no siempre es algo fácil. ¡Todo lo contrario! ¡Representa un desafío enorme encontrar un grupo de personas que realmente trabaje como un equipo!
Si el tema de este artículo te interesó, es posible que participes, o ya hayas participado, de muchos grupos e, imagino, que en pocos de ellos, te hayas sentido en un equipo de verdad…¿Estoy en lo correcto?
El problema es que la diferencia de formar parte de un grupo de profesionales que desempeña un buen trabajo en equipo, de otro que no consigue desempeñarlo, es muy grande, tanto para la organización como para ti.
Eficacia, eficiencia, mayor facilidad para alcanzar óptimos resultados, calidad de vida en el trabajo, motivación, realización, éxito, todo eso mejora o se vuelve más fácil si el trabajo en equipo fluye bien. Sin embargo, si no fluye bien, los resultados son mucho peores.
De esa forma, seas el líder o un integrante de ese tipo de grupo, aprender que se puede transformar a las personas en un equipo de verdad es una competencia fundamental e importantísima para tu éxito profesional. En realidad, poca gente sabe hacer eso bien y yo diría que, si lo consigues, vas a destacarte con tranquilidad en tu organización.
Pensando justamente en eso, decidí escribir dos artículos. El texto de hoy se focaliza en tu papel de líder. El objetivo es brindarte algunas ideas y favorecer algunas reflexiones para que puedas mejorar el trabajo en equipo de los grupos y de aquellos grupos que estés liderando. El segundo texto, llamado “Cómo Volverse un Óptimo Miembro de Equipo”, tiene como foco al integrante del equipo. O sea que, si no eres el líder, pero trabajas en equipo, verás cómo puedes colaborar con tus compañeros y ayudar al grupo a ir en frente.
Esos objetivos deben ser claros, desafiadores y deben despertar un interés y una motivación genuinos en todas las personas involucradas. El objetivo aquí es encontrar algo que una el equipo. Algo en lo que todos estén de acuerdo, que sea relevante y que demuestren mucho interés para que ocurra. Debe ser algo que conecte el resultado total del esfuerzo del equipo a la motivación individual de cada uno.
Por experiencia, puedo decir que ni siempre es fácil encontrar un objetivo común, pero, al mismo tiempo, no encontrarlo es un escollo para que el equipo funcione de verdad. Las oportunidades en las que no logré la construcción de un verdadero equipo, ello se debió, en gran parte, a no conseguir definir un real y sincero objetivo común que uniera a todo el grupo.
Los diversos miembros, o sub-equipos, siempre van a contribuir para el resultado final. Identifica, valoriza y demuéstrales que, para que el equipo triunfe, es necesario que cada uno de ellos haga bien su trabajo.
Favorecer o desvalorizar ciertos integrantes por hacer actividades menos críticas o de menor destaque es algo contra nuestros propios intereses y un camino rápido para favorecer el desmembramiento de los integrantes del equipo.
Es responsabilidad del líder crear el ambiente necesario para el trabajo en equipo. Debes dedicar mucha energía para que las personas se sientan bien y la confianza se establezca, pues, la mayoría de las personas tienen experiencias negativas que ya traen de otros grupos de los cuales participaron.
Si consigues crear ese ambiente, el equipo va a tomar riesgos calculados, se va a comunicar de forma clara y abierta, va a traer más soluciones innovadoras y va a comenzar a desarrollar una dinámica muy eficiente entre sí.
Pero, hasta que eso ocurra, el grupo va a quedar muy por debajo de su potencial verdadero.
La ventaja de contar con un grupo de personas es que puedes presentar una buena diversidad de pensamientos, puntos de vista y habilidades. Cuando son bien aprovechadas, estas diferencias van a fomentar la creatividad, la innovación y contribuciones espontáneas. Pero, cuanto más diversificado, más difícil será la comunicación y mayores serán las posibilidades de desencuentros.
Favorece la empatía entre los integrantes del equipo e invierte tiempo para garantizar la inclusión de esas ideas y opiniones diferentes. Las personas precisan darse cuenta de lo positivo que es tener gente especializada en otros asuntos y más adecuada para enfrentar determinadas situaciones, que ellas mismas. Quien gana con eso es el equipo como un todo (y cada uno individualmente también).
No obstante, es importantísimo recordar que sólo traer diversidad no sirve de nada. La mayor parte de tu energía va a estar garantizando que haya inclusión de esa diversidad. ¡Sólo así el equipo se va a beneficiar de verdad!
Define lo que puede y lo que no puede ocurrir; cómo van a solucionar conflictos, etc. Es necesario tener un conjunto de reglas que favorezca la dinámica positiva del equipo y haga frente a los conflictos y desencuentros – que, con seguridad, van a surgir.
De manera general, la responsabilidad de definir y dar el ejemplo es tuya, pero esa es una actividad que debe ser construida en conjunto y las personas deben dar sus contribuciones. Reuniones y alineamientos también son excelentes ocasiones para limpiar ruidos de comunicación y dar más claridad a lo que se entiende como válido, o no, para aquel equipo.
El objetivo aquí es triple:
Si unes un sistema de premiación con un buen conjunto de reglas y procedimientos, con toda seguridad tendrás un gran aliado en la construcción de un equipo de trabajo eficiente.
Permite que los miembros se vuelvan responsables por buena parte del trabajo y dales un feedback sobre el mismo. Además de ser estupendo para el trabajo en equipo, es un gran motivador para las personas. Ellas entienden que son valoradas y, como consecuencia, disminuye el peso sobre ellas.
Al principio, vas a percibir que te encontrarás en el centro de las decisiones. Y eso es normal, porque el grupo todavía se está formando y precisa tu energía personal para transformarse un equipo. Con el tiempo, sin embargo, y a medida que las relaciones de confianza vayan consolidándose, prueba estimular el equipo a que tome sus propias decisiones. Quédate como facilitador de la discusión y ve lo que pasa.
Esa es una fase difícil, ya que, estarás preparando al equipo para “que no precise más de ti”. Pero, al mismo tiempo, considero que es una etapa importantísima. Ya he visto a muchos grupos cuyo desarrollo paró, justamente porque su líder no conseguía dejar que el grupo actuara solo.
El objetivo final aquí es que prepares el equipo y que, de a poco, te vuelvas “irrelevante” para la tomada de decisión del grupo. Curiosamente, cuando eso ocurre, es uno de los indicativos claros de que tu grupo se convirtió de hecho en un equipo.
Asegúrate de que el equipo posea los recursos materiales y financieros para trabajar, que tenga amplio acceso a las informaciones necesarias para desempeñar sus funciones, que tengan entrenamientos y oportunidades a disposición para desarrollarse.
Puede parecer básico, pero, muchas veces, el simple descuido con esos factores acaba impidiendo el desarrollo de un buen trabajo en equipo. Certifica que estén presentes en el día a día y el equipo va a trabajar en paz y sin desventajas.
Crea ocasiones donde el grupo pueda evaluar su progreso en conjunto, dar feedback, identificar lo que se precisa mejorar, donde las conquistas puedan ser compartidas y el éxito conmemorado. Son momentos que ayudan a dar cohesión al equipo y crean un verdadero espíritu de cuerpo.
Puede ser un happy hour, por ejemplo, o un encuentro informal fuera del ambiente de trabajo. Esos momentos son importantísimos para que las personas se conozcan más, interactúen en condiciones más relajadas e intercambien experiencias profesionales y personales.
Las diez ideas que presenté anteriormente, además de tener como base mucho de mi experiencia personal, son una síntesis de lo que existe en común en diferentes estudios sobre trabajo en equipo.
Si quieres profundizar más, sugiero que estudies los trabajos del profesor de psicología J. Richard Hackman. Él es uno de los pioneros en el estudio de dinámicas de equipos dentro de contextos organizacionales, y lo registró en algunos libros. Entre ellos, uno de mis favoritos es “Leading Teams: Setting the Stage for Great Performances”. Un poco de los insights que el libro presenta, está contenido en las ideas ya expuestas.
Crédito primer foto del artículo – Jefe dando las felicitaciones (Foto: PeopleImages / iStock)