Aprender a ser un excelente miembro de equipo es una habilidad valiosa para todo profesional. Todo lo que un buen líder precisa es de gente madura y bien preparada para ayudarlo a mejorar la performance de su equipo. El problema es que pocas personas consiguen trabajar en grupo. Por este motivo, si eres un buen miembro de equipo, ¡con seguridad vas a sobresalir!
Si la organización reconoce tu performance, es probable que recibas más invitaciones para integrar equipos de alta erformance, abriendo espacio para excelentes oportunidades de carrera y destacadas.
En otro artículo, mencioné lo que tú, en el papel de líder, puedes realizar para mejorar el trabajo en equipo. En el artículo de hoy, el foco cambia, o mejor, tu posición cambia. El enfoque es lo que puedes hacer para volverte un valioso miembro de equipo, aquél que ayuda a construir equipos de alta performance.
Sinceramente, creo que el papel de liderazgo más difícil es justamente el de liderar pares, o por lo menos, interactuar bien con ellos. En situaciones como ésta, no existe una jerarquía entre los miembros del grupo. Eso significa que, muchas veces, vas a estar en franca competición profesional con tus compañeros y, al mismo tiempo, siendo exigido por la organización para cooperar mutuamente.
¿Y entonces? ¿Cómo hacerlo? Aquí van algunas sugerencias para que reflexiones y entiendas que, independientemente de la situación, es muy provechoso que te vuelvas un excelente miembro de equipo. Por oportuno, se puede afirmar que lo mismo es válido para tus compañeros, ¿entendido? ¡Ayúdalos en este sentido!
Aunque esa sea una responsabilidad de tu líder, la ausencia de un objetivo común dificulta mucho que un grupo se transforme en un equipo de verdad. Tu responsabilidad como miembro de equipo es justamente alertar y ayudar a tu superior a encontrar un objetivo que una a todos en un mismo propósito.
Tu ayuda aquí es fundamental. Al contrario del jefe, tú puedes establecer vínculos informales más rápido y tus compañeros pueden abrirse con más facilidad contigo. Ese conocimiento es muy valioso para ayudar a entender cuál es el factor común que va a unirlos a todos. Y, puedes creerlo; cuando tu jefe se percate de que consigues hacerlo, va a valorizarte aún más.
Importante: eso no significa volverse un “chismoso” o “soplón”, ¿ok? Si haces ese tipo de papel, tus pares van a notarlo rápidamente y podrán boicotearte.
Eres un miembro del equipo, ¿verdad? ¡Pues bien! Eso significa que no estás solo. Entender la relación de tu trabajo con el trabajo de las otras personas del grupo es fundamental para volverte un miembro de equipo querido y valioso para los demás. Procura saber en qué puntos los miembros del mismo dependen más de ti. Identifica cuáles son los plazos críticos y la calidad necesaria para que tu trabajo sea eficiente y puedas ayudarlos. Al mismo tiempo, entiende de quién dependes más y déjales claro lo que precisas. Combina todo lo que sea necesario, ¿vale?
Poseer ese entendimiento, comunicarse bien y cumplir lo combinado, son pasos esenciales para evitar conflictos y volverse confiable para el grupo. Eso va a ayudarte a establecer relacionamientos verdaderos con tus compañeros, fundamentales para sobrevivir en los momentos críticos.
Los conflictos ocurren, muchas veces, por mala comunicación o simplemente por imaginar que alguien del grupo está perjudicando. La solución depende de que las personas se encuentren para solucionar sus diferencias. Según mi experiencia, hay que ser el primero a respirar hondo y buscar a la otra persona para, de forma sincera, encontrar una solución para el problema; esto ayuda a resolverlo de forma más rápida.
Tomar la iniciativa puede parecer algo difícil. Pero, ¡no lo es! Un conflicto apenas se soluciona cuando las dos partes involucradas cooperan. Así, dar el primer paso de forma humilde ya muestra tu buena voluntad con el otro. Como suelo decir, sólo puedes crear una relación de confianza con otra persona cuando los dos pasan juntos por problemas. En esos momentos, consigues sentir si la persona se mantuvo a tu lado y te ayudó. Solucionar conflictos son buenas oportunidades para hacerlo.
Trabajar en equipos con mucha diversidad de pensamiento, estilos y opiniones no es fácil. Aunque potencialmente sean grupos más aptos a enfrentar un número mayor de situaciones, la interacción con los compañeros se hace más complicada. Las personas piensan de forma diferente y la comunicación tiende a ser más difícil, lo que complica mucho el escenario.
Mi sugerencia es que practiques y estimules a los otros a practicar la empatía. Colócate en el lugar del otro e intenta entender cómo ve la realidad a partir de un punto de vista diferente. ¿Qué quiere decir? ¿Por qué está sugiriendo eso? Piensa cómo eso ayuda al equipo, cómo aquel punto de vista único brinda nuevas soluciones para los problemas del grupo. Y así sucesivamente…
Es más fácil relacionarse con gente parecida, como también es más fácil criticar y descalificar a quien es o piensa diferente. Huye de eso e incentiva a tus pares a que no se comporten de esa forma también.
Dice el dicho popular que “lo que está combinado no sale caro”. Entonces… Las reglas, procedimientos y lo combinado entre el superior y los integrantes, ayudan a establecer modelos que van a beneficiar al equipo a largo plazo. Estas normas dan claridad y establecen modelos de conducta.
Siendo así, sé un guardián de lo combinado, da el ejemplo y cóbrales para que sigan las mismas reglas. Puede parecer tonto, pero es una de las cosas más simples que puedes hacer para ayudar al equipo a tener un vocabulario común y desarrollar confianza entre las personas.
Establecer relaciones de confianza de verdad exige una comunicación clara y abierta. La práctica corriente de feedback es una buena señal de que eso está ocurriendo. Esa iniciativa te ayuda a atenuar las dificultades, a clarear los escenarios, a indicar lo que va bien y lo que no va. Imposible imaginar un equipo de alta performance donde los miembros no practiquen el feedback
Cuando existe relación de confianza, el feedback es aún más efectivo. Pero, hay una hora y una forma de realizarlo. O sea, use tacto y sentido común al dar feedback, ¿de acuerdo? Si al comenzar a conversar sientes que el otro quedó a la defensiva – o tú mismo-, es un aviso de que no está siendo efectivo.
Para ser un miembro de equipo valioso para su equipo, te sugiero que practiques bastante. Feedback es fundamental.
¡Eso es esencial para tu motivación! Puedes creerlo, que no hay nada más estimulante que poder influenciar al propio trabajo. Solicita ese espacio para tu superior, estimula a tus compañeros, organicen fórums y creen formas para hacer que eso transcurra. Si consiguen hacer de eso una rutina, va a ser muy positivo para la moral del equipo.
Sé maduro y entiende, sin embargo, que la responsabilidad y la palabra final serán de tu jefe. A veces, las opiniones van a ser divergentes y, en ese caso, tiene por obligación desempatar. En esos casos, aunque no sea lo que querías, sigue hacia adelante y actúa sobre la decisión como si hubiera sido la tuya. Eso ayuda a reforzar la cohesión del equipo.
Parece obvio, pero no siempre lo es. Tu jefe no es omnisciente ni tiene bola de cristal. Sé claro con relación a los recursos que precisas para entregar tu trabajo en los plazos y con la calidad requerida. Si practicas bien y estimulas a los compañeros a comportarse así también, va a ayudar al equipo a no quedarse por el camino, por falta de recursos básicos.
Los momentos en los que el equipo se reúne formal o informalmente, como en una reunión de trabajo o en un Happy Hour, son ricos para interacción entre todos. Participa de esas ocasiones, coloca tus opiniones con franqueza y ten madurez para oír lo que los demás tienen para decir.
Es justamente en esos encuentros que el equipo se forma, que establece compromisos comunes, que llora y celebra junto. Es lo que ayuda a crear el espíritu de cuerpo entre todos. Participa sinceramente y estimula a los demás a proceder así también. Todos van a ganar.
Como dije al principio, no siempre es sencillo conciliar ser un buen miembro de equipo con concurrir por espacio con sus compañeros. No te olvides que si el equipo brilla, tú brillarás también junto a él.
Es más o menos así: ¿recuerdas haber visto aquella foto del equipo campeón que aparece en el periódico? Si tú formas parte del mismo, tu cara estará en ella junto a la de tus compañeros. Y eso es bueno para ti. Presta atención: ¿recuerdas haber visto alguna foto de los equipos vice campeones? Yo no…
Crédito primer foto del artículo – Ayudando a una compañera de trabajo (Foto: AntonioGuillem / iStock)