4 Formas de Usar Tus Fortalezas y Debilidades en el Trabajo

Hace algún tiempo, escribí un artículo sobre la importancia de invertir en autoconocimiento para mejorar tu vida. Parte de ese autoconocimiento ocurre porque tomas conciencia de tus fortalezas y debilidades. En el artículo de hoy, voy a decirte cómo puedes utilizar esas informaciones para tener una vida personal y profesional de mejor calidad y más éxito.

Existen varias definiciones para fortalezas y debilidades. De forma mucho más sencilla, fortaleza es una característica positiva que permite que te destaques entre los demás. Por otro lado, debilidad es una característica negativa que producirá el efecto contrario. En el mundo ideal, sólo tendrías fortalezas, pero, en la práctica, no es exactamente así…

Imagínate que esas características son como herramientas personales, buenas o malas, que utilizas en el día a día, ya sea en el trabajo o en la vida personal. En muchos momentos, hay situaciones en las que tendrás que utilizar las dos. Lo ideal es conocer bien a cada una de ellas y maximizar el uso de las fortalezas en detrimento de las debilidades.

Puedo asegurarte que, cuanto más consigas hacerlo, más calidad de vida profesional y personal tendrás. Y, es pensando justamente en esto, comparto a continuación algunas ideas para lograr colocar esa premisa en práctica. ¡Que puedas aprovecharlo!

En la carrera

Para que tengas más oportunidades de éxito y seas más feliz en la carrera, es de inteligentes que elijas caminos profesionales que te exijan tus mejores cualidades. Cuanto más determinantes sean esas cualidades para el buen desempeño de tu profesión o para el éxito de la organización donde trabajas – y cuanto mejor seas en ellas -, más oportunidad de éxito tendrás en este camino.

Lo ideal en ese caso es que consigas hacer alguna cosa que concilie al mismo tiempo tres cosas: tus cualidades, tus gustos personales y un buen retorno financiero.

Gustos Calidades y Retorno Financiero

Gráfico de Fortalezas, Gustos y Retorno Financiero

Funciona más o menos así:

  1. 1. Enumera tus mejores cualidades y lo que te encanta hacer;
  2. 2. Identifica las actividades profesionales que se encajan en esas características; y
  3. 3. Ve cuales de esas profesiones traerán el retorno financiero que precisas.

Ese es el camino más sencillo para tu éxito profesional y para tener salud a lo largo de la carrera.

Sin embargo, esto no siempre es posible y yo sé que, a veces, vas a precisar dar más importancia al retorno financiero y vas a arriesgarte al aceptar un trabajo para el que no estás bien preparado o que te exige mucho más de lo que eres capaz de hacer. El peor de los mundos es un trabajo que exige mucho desempeño en cosas que son defectos tuyos, y que además, no te gusta realizarlo.

En esos casos, tú te inclinarás a omitir sus defectos en una entrevista de trabajo o, por lo menos, a minimizarlos. Puede ser que eso sea necesario, pero, sinceramente, te sugiero que, si ese es el caso, evalúes con mucha atención, si lo que pretendes realmente es ir hacia adelante con esa oportunidad.

Las preguntas que te hago, y que el entrevistador no va a realizar, son: ¿cuánto tiempo te parece que podrías durar desempenhando una función que te va a exigir competencias que no dominas y, consecuentemente, va a exponer tus defectos y limitaciones? ¿No te quemarás de gusto y perjudicarás tu carrera en el futuro? ¿Y tu salud?, ¿cómo estará? Piénsalo bien.

Usando tus fortalezas y debilidades en el trabajo

Similar al punto anterior, siempre que sea posible, busca involucrarte en actividades en el trabajo que exijan lo mejor de ti. Al mismo tiempo, ten mucho cuidado con situaciones que van a exigirte características relacionadas con tus puntos más débiles. Ni siempre eso es simple y, a veces, enfrentarás dilemas. No obstante, si sigues el camino que privilegie tus puntos fuertes, el resultado a largo plazo será mejor y tendrás una vida profesional más feliz.

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Destacandose en el trabajo (Foto: UberImages / iStock)

Recuerdo una vez, cuando una compañera que había sido mi subordinada, me pidió consejo sobre posibles alteraciones dentro de la empresa. En esa época, su sueño era ser promovida a coordinadora. En la evaluación de desempeño, sin embargo, le habían dicho que para lograrlo, sería necesario desarrollar sus habilidades analíticas en algún proyecto.

La primera pregunta que le hice fue: “¿Tu marido todavía está desempleado?”. Y ella me respondió que sí. A continuación, le advertí sobre el riesgo que involucraba esta alteración, ya que, si quisiera seguir por aquel camino, un simple proyecto no sería suficiente. Precisaría buscar una función que exigiera mucho de su lado analítico y tendría que tener un desempeño excelente. Y eso era un defecto suyo…

Como una alternativa, le sugerí continuar a privilegiar funciones operacionales o entonces buscar empleo en otra organización donde sus cualidades fueran las necesarias para una coordinación. Ella me agradeció y continuó en la función en la que estaba. Entonces, algunos meses después, la mayor promoción de productos de la empresa quedó bajo su responsabilidad, algo que a ella no sólo le gustaba hacer sino que también era excelente en esa función. El resultado fue tan extraordinario que, tras el término, la empresa resolvió crear tres posiciones de coordinación para ese tipo de actividad.

Recuerdo, como si fuera ayer, a tres gerentes luchando para ver quién se quedaría con ella en la coordinación de su equipo…

Usando las fortalezas y debilidades de tu equipo

Cuando te encuentres en la gerencia de un equipo compuesto por varias personas, tu responsabilidad es sacar el máximo de provecho de aquel grupo. En ese sentido, es muy útil identificar lo antes posible, las limitaciones de todos los integrantes, incluyendo las tuyas.

Digo esto pues, es muy difícil desarrollar puntos débiles en escaso espacio de tiempo, en particular en situaciones críticas. ¿Te imaginas cómo sería descubrir que dejaste una actividad importante con alguien que tiene deficiencias serias para desempeñar bien el papel? ¿De quién es la culpa? ¿De él o tuya? Es indiferente. Tú, él y la organización van a sufrir con un desempeño mediocre.

Dicho de otra forma, el mapeo de las fortalezas y debilidades del equipo va a volver tu capacidad de delegar mucho más esmerada. No sólo tendrás más eficiencia explorando los puntos fuertes de todos, como podrás delegar actividades menos críticas en situaciones más tranquilas. En este caso, el objetivo es justamente entrenar y capacitar a tu equipo donde cada uno se muestra más débil. Esto genera una motivación enorme, como podrás conferir en otro de mis artículos sobre como motivar personas.

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Lancha de carreras (Foto: Jenyateua / iStock)

Enfoca tu energía para desarrollar tus cualidades

Al conversar con mis equipos luego de evaluaciones de performance, justamente cuando haríamos los planes de desarrollo individual, usaba una analogía para sugerir que enfocaran sus energías para mejorar todavía más sus puntos fuertes. Solía decir que cada uno era como una lancha que poseía un motor y un ancla.

Lo que hacía avanzar a la lancha en su carrera era el motor y lo que la impedía proseguir era el ancla, cuando la misma se enroscaba en algún arrecife en el fondo del mar. En el caso del trabajo, el motor es la fortaleza y la debilidad, o el gap, como era común llamarle, es el ancla.

Mi argumento era simple: es mucho mejor envenenar tu motor de tal forma que la lancha suelte el ancla de la piedra y dispare, que apenas resolver el gap. Si apenas suelto el ancla y no acelero el motor, la lancha no saldrá del lugar.

Enfócate en el desarrollo de lo que es bueno y verás cómo tu carrera se dispara. Presta atención a los gaps y no saldrás del lugar. ¡Te lo garantizo!

Crédito primer foto del artículo – Equipo unido (Foto: Rawpixel.com / Unsplash)

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